sábado, 22 de agosto de 2020

Paola de la Cruz

 

Paola de la Cruz, escritora chiapaneca

Paola de la Cruz nació en el año 2000 en Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas, México. Actualmente cursa la Licenciatura en lengua y literatura hispanoamericanas en la Universidad Autónoma de Chiapas y estudia inglés en la misma institución además de tomar talleres de Minificción. También, estudió francés en la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.

Ha perdido el miedo a dar a conocer sus pensamientos publicando en medios locales como la Gaceta Letra Suelta y la Revista Duvalier, también colaboró en una publicación en línea con la Revista Estrépito. Ha colaborado con lectura de poemas para la difusión de poetas chiapanecos como Joaquín Vásquez Aguilar y Armando Duvalier en conjunto con la Fundación Armando Duvalier.

Actualmente, comparte fragmentos de poesía en prosa y minificciones en su blog de Instagram @poesiadepao.

 

Crónica de un cuadro de ansiedad

 

Manos frías rilan al compás del reloj.

¡Quiero huir! ¡Sáquenme de aquí!

 

Los segundos multiplican estadía,

mientras el aire se resiste, no quiere.

¡Quiero huir! ¡Sáquenme de aquí!

 

Vuelan mil puntos fijos sin detenerse.

Mis ojos, raudales tibios no sonríen.

¡Quiero huir! ¡Sáquenme de aquí!

 

Inmersa bruma, buscando la ataraxia.

Anhelo el conticinio de mis entrañas.

¡Quiero huir! ¡Sáquenme de aquí!

 

Creo, por lejos días pasar las horas.

Adormece ya mis nocivos sentidos.

¡Quiero huir! ¡Sáquenme de aquí!

 

Inquieta, espero que cese la marea.

Sin aliento, yo… momentos de silencio.

 

Lirio

 

Lirio, lirio, escúchame. Cálmate, te lo pido. Quédate quieto. Pretendo encomendarte la ardua tarea del invierno, aunque en vida mueras de pensar, imagina la premonición tempestuosa de mi sueño reciente pues, el viento tocaba mi ventana tan fuerte que pensé en ti al amanecer y hasta el último canto de las aves.

Dime que me escuchas, que el sol te ciega pero no te mata. Aturdido, entiendo que más como tus actuales no hay, pero de igual, mi postura insistente, intenta convencer tu juicio infantil para cumplir mi anoche.

Creo fielmente en tus cartas escritas al sonar las campañas y tus manos frías al contar los minutos. Ahora, al ver que solamente yo pienso, suplico ¿Crees coherente el silencio? Responde, que probablemente sea lo que quiero escuchar, pero por favor rompe tus labios mudos para evitar desfallecer, pues mi lecho dice helado y constantemente ruego; que al pasar los segundos, tu alma se pose sobre la mía y susurre en mi cuello que sí.

 

Fuente: Paola de la Cruz, 2020.

miércoles, 19 de agosto de 2020

Roxana Aguilar Rebollo

 


Roxana Aguilar Rebollo

Roxana Aguilar Rebollo es originaria de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México.  Nació en 1987 .  Estudió Lengua y Literatura Hispanoamericana, en la Universidad Autónoma de Chiapas, y tiene una maestría en Reingeniería de la Educación por la Universidad Descartes, en la cual trabaja como docente de las asignaturas de Taller de Lectura y Redacción, en diferentes grados. Actualmente cursa una segunda licenciatura en Filosofía, en la Universidad Autónoma de Chiapas.

 

Ha sido publicada en la revistas digitales MAGAZINE COLLAB primera edición, fanzine Memoria y Resistencia: abuso policial en México editado por la Red Tapatía de Revistas y Fanzines, Revista el Perro negro de la calle No. 47, Revista El futuro del ayer, hoy No. 5 y la Revista digital Unión José Revueltas No. 7.  Además de editada por editorial Librerio en el libro “Relatos: PM PERTURBACIONES”  

 

Actualmente se encuentra trabajando en el proyecto “Pangea Literaria” Curso-Taller permanente sobre lectura, análisis y creación literaria.  Maneja los blogspot https://origenes-rox.blogspot.com/.

 

 NOS COMPARTE EL SIGUIENTE TEXTO DE SU AUTORÍA.

Traición

 

Gula observa el monstruoso uso que le da a sus enseñanzas curativas aquella bruja.

     Inanna le había informado de aquella desarrapada mujer, cegada de orgullo y amor por un hombre que ya la había olvidado.   Gula no lo aceptó de primera mano la verdad, aquella mujer era su favorita, la traición de su parte no le vendría bien.

    Pero ahora, ya no había duda, solo queda esperar el designio proclamado por sus iguales en la cúspide de la bóveda celeste.   Solo queda verla difuminarse sin que ella lo sepa.  Poco a poco el bao de la vida que ella le regaló, se difumina con los vientos de su desgracia.

    El guerrero es valiente, enérgico y la ha enloquecido, no es su culpa tampoco, lo irracional siempre surgió de su pecho, nadie se lo heredó ni la contamino.   El guerrero es y no es lo que ella ama, ella lo ha regresado, no debió pasar, pero ella no entiende ya de razones, ella la ha engañado y la diosa solo le ha otorgado aquel conocimiento prohibido.

   Ahora llora su suerte, cree haber alcanzado al perdido, pero solo tendrá un puñado de sal en medio de las cavernas de la muerte.

    Ella le habla muy despacio al oído, en ese chicharreo de pájaro en el que todo se le confunde, él la escucha muy atento, absorto a las ilusiones que le fabrica.  Gula quiere intervenir y acabar con todo, Inanna tomó su brazo y niega que sea el momento.

El castigo tiene que ser

     Sombriamente se lo susurra.  Gula entristece al ver la decadencia de la mujer.  El guerrero se levanta y con movimientos mecanizados, toma la daga para arrancar el corazón de aquella bestia lista para el sacrificio. Se miran petrificados, y en la mirada de la mujer el triunfo parece presente.   La imagen de esa enajenación total se revela ante Gula como la traición de la humanidad.

   El guerrero se desviste lentamente, bañado ya con la sangre de la bestia, ella alarga sus brazos para encontrar su cuerpo, ella desnuda igual se coloca encima de él, lo besa, le recorre el cuerpo entero con besos.   Y es ahí al separarse, agotados, ella dice en un murmullo.

Me perteneces, eres mi señor, siempre lo has sido.

     Y en ese momento el velo que ciega sus ojos, llenos de la negrura de la noche se ilumina y descubre a la mujer que yace a su lado, tiene los pómulos caídos, los ojos blanquecinos y un cansancio total en la piel.  Asustado toma el puñal y ante los ojos de la diosa la bruja cae con una herida mortal en el pecho mientras el esposo reencarnado corre en la locura por en medio del desierto.

Te lo dije, los conjuros y rituales, son para aliviar el cuerpo vivo.  Los muertos no nos pertenecen.

     La bruja la observa, en medio del horror, pues ha comprendido su llana traición.

 Fuente: Roxana Aguilar Rebollo, 2020.

NACIMIENTO

EL BLOG NACE EL 17 DE MARZO DE 2012.