Nacida
en la Ciudad de México, en un hogar católico, hace casi 84 años, soy la
primogénita, tengo siete hermanos. Mis padres son el publicista Carlos E. Finck
Beltrán y la maestra de gimnasia sueca Edith Pastrana Cuin.
Cuatro
de mis hermanos ya están en la gloria de Dios.
Inicié
mi actividad laboral siendo la secretaria de mi papá, él con toda paciencia y
amor me dictaba sus programas de radio, (Me dictaba la ortografía también) yo
escribía en su Remington 12 y me pagaba por hacerlo. Eso fue a mis nueve años.
Estudié
para Contadora Privada, y al darme cuenta que eso es ser la secretaria de un
Contador, me indigné conmigo y curse el magisterio.
Laboré
como Publicista, ahora Comunicólogo, durante veinticinco años.
En
la YWCA me diplomé como Guía de Yoga Inicial; Guardavidas; Entrenadora de
Gimnasia Sueca y Entrenadora de Natación. En el IMSS, donde laboré como
entrenadora de Natación, obtuve el diplomado de Especialista en Nado de Pecho.
En Olimpiadas Especiales, el diploma de Inicio de Clavados.
Fui
campeona de ciclismo seis veces, de los once a los catorce años. Mi última
actividad física fue cargar pesas y al final me hizo mucho daño a la vista.
En
1989 monté mi Colegio de Educación Especial, en donde laboro hasta la fecha
como Pedagoga, Terapeuta y Profesora de recién nacidos, párvulos, niños y
adolescentes con alguna minusvalía. También saco de problemas a las personas
que han tenido eventos cerebrales maléficos.
Tengo
mi página en Facebook, se llama Estimulación Intelectual y en ella notifico los
servicios que ofrecemos.
Me
encanta escribir y ahora tengo tiempo para hacerlo; desde hace siete años
participo en los diferentes certámenes de los que me entero, ya tengo
publicadas más de 950 obras entre ensayos, poemas, cuentos, narraciones y otros;
en unos como seleccionada, en otros como finalista y en doce ocasiones como
¡Vencedora!
Eso
he hecho en mis 83 años, 11 meses y 20 días de existir.
HINA
FINCK
Aquí compartimos las excelsas letras de Hina Finck con un poema de su autoría
LA MACABRA NIÑA
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Antes
ya dormía, estaba en regazo
su
mamá tan bella parecía su ángel
la
madre preciosa le daba el abrazo
la
cubría con alas de plumas arcángel.
Hacía
cinco años había nacido
la
cuna de nácar con seda abrigaba
nunca
una pena la había afligido
jamás
una angustia su pecho incrustaba.
La
cuna perfecta, de ángeles el vuelo
los
besos tronados, la cara risueña
esa
bella alcoba parecía un cielo
la
beba entendía casi toda seña.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Era
inteligente muy bonita muy sana
la
madre y el padre la querían muchísimo
la
nena cantaba en mañana temprana
en
tardes y noches con canto bellísimo.
Eran
gorgoreos que ritmo tenían
eran
bellas notas de garganta clara
los
bellos cantares de su voz salían
la
dulce nenita parecía jugara.
En
un de repente la voz melodiosa
se
oía salida de boca muy bella
pero
esa boquita que era de diosa
comenzó
a trocarse, ya no era ella.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Esa
cara toda de facciones bellas
cambiaba
facciones, bien las arrugaba
su
cuello y cara ya no eran estrellas
una
brujería su piel la plisaba.
La
nariz creció, se volvió delgada
casi
transparente, curva, puntiaguda
en
su cara flaca ya se le afilaba
nena
necesita del doctor ayuda.
Consulta
de médico; era una tragedia
la
nena cambiaba, muy fea se volvía
parecía
cuento, parecía comedia
parecía
mentira, fealdad dolía.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra...
Su
cuerpo antes sano estaba muy flaco
la
piel se pegaba embarrada en huesos
parecía
una vara sin piel y sin saco
sus
huesos piel seca, los tenía presos.
Transcurrían
los días muy tristes
parecían
lombrices sus venas en piel
así
coyunturas semejaban quistes
eran
unas bolas de vil cascabel.
Porque
a esa niña le sonaba todo
todo
el esqueleto, parecía maraca
era
una bebita ya no había modo
de
poder curarla, quedaría flaca.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Parecía
pintada en caricatura
tan
horrible niña de oscuros destellos
parecía
que en noche lluviosa, oscura
de
antro vil saliera, crispaba los vellos.
Flacucha,
espigada, sin musculatura
crecía
cual flaco, horrible esqueleto
ya
su voz preciosa no tenía dulzura
sonaba
a hueco, con su voz de muerto.
Una
tarde negrura por más que lluviosa
la
niñita de nueve añitos tan sólo
escapó
de casa y corrió jubilosa
fue
a vivir en cueva, la llena de lodo.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Ahí
la nenita encontró comida
racimos
de huevos de los sapos verdes
esa
vil comida le dio una gran vida
¡Vamos
niña come, tú todo lo muerdes!
Sorbía
los huevos mordía cascarones
bien
atragantados daban energía
devoraba
ansiosa por todos rincones
los
huevos enteros, en noches y días.
Otros
animales también en la cueva
habitaban
juntos en la oscuridad
eran
roedores y macabra Eva
bien
se los almorzaba con toda maldad.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Pero
un mal día la Evita macabra
quiso
ya salirse de cueva lodosa
se
salió cantando, corriendo cual cabra
se
veía muy mal, se veía horrorosa.
Y
quiso la vida que por esos lares
unas
jovencitas saltaran la reata
con
sus bellos cantos en esos lugares
la
niña macabra miró ronda grata.
Esas
lindas niñas que cuerda saltaban
reían
jubilosas, cantaban canciones
componían
versos y lindo cantaban
la
niñita flaca veía esas acciones.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
La
piel de Evita pergamino era
a
sus huesos flacos muy bien se adhería
parecía
que momia de tumba saliera
parecía
fantasma que ya revivía.
Esas
niñas bellas que reata brincaban
de
pronto la vieron y el miedo nació
de
Eva horrorosa manos asustaban
estaba
feísima, las horrorizó.
Soltaron
la reata, con pavor corrieron
llorando
asustadas gritaron muy fuerte
los
buenos vecinos ya las atendieron
y
averiguaron cuál era su suerte.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Las
niñas gritan que monstruo horroroso
estaba
parado muy cerquita de ellas
parecía
un palo y estaba furioso
enseñaba
dientes, rechinaba muelas.
Eran
vil mentiras, la niña macabra
estaba
asustada, no mostraba dientes
sí
era un monstruo, estaba cual cabra
tenía
piernas flacas mejillas salientes.
Pero
esa niña tan fea, era buena
no
correspondía ese cuerpo con alma
su
ánima de dulce bondad era plena
tenía
con ella grata y dulce calma.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
A
la cueva misma se regresó Evita
y
con mil suspiros se puso a llorar
ella
bien sabía que toda nenita
la
rechazaría, la haría penar.
Sólo
en la cueva hallaría consuelo
las
horribles ranas le harían compañía
los
huevos comiendo sentada en el suelo
bañaba
con lágrimas cuando los comía.
Se
acordó Evita de que una persona
pudiera
abrazarla, era su mamá
“Mil
abrazos quiero” Evita razona
se
baña en la charca y corriendo va.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Se
metió a su casa por una ventana
y
con voz ronquiza grita “Ya llegué”
y
la madre llega, brilla la mañana
y
las dos se abrazan con amor y fe.
Los
padres de Eva trazan un grato plan
la
van a esconder de muy torpes miradas
con
vestidos largos ya la cubrirán
con
boinas y velos como visten hadas.
Y
sí que lo logran, Evita la fea
ahora
parece de hada la espuma
vestida
con velos parece presea
parece
un premio ligera cual pluma.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
En
el torso llevaba blusa vaporosa
amarillo
claro con verde esmeralda
con
tres velos hecha esa blusa de diosa
Eva
bien portaba y también la falda.
La
falda cubría hasta los tobillos
uno
sobre el otro tres velos armónicos
no
se transparentan sus huesos tras brillos
de
cuatro faldones con encajes cónicos.
Cubriendo
su frente, nariz las mejillas
tapando
sus sienes, barbilla y el cuello
velos
delicados con unas rejillas
de
ojos tristes salía un destello.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Y
así la niñita llegó a jovencita
envuelta
en los velos de brillos preciosos
pero
una mañana con lluvia maldita
su
suerte tan negra le quitó reposos.
Porque
una avalancha de lodo y de piedras
arrasó
ese pueblo donde residían
y
sus padres buenos murieron cual yedras
cruelmente
arrancadas, raíces morían.
En
ese entierro la joven tan niña
cubierta
de negros y sin brillos velos
esperaba
triste de la vida riña
una
cruel pelea, derrota de anhelos.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Nueve
días crueles la joven pasó
rezando
ante tumbas de sus buenos padres
ya
el último día a un joven miró
vestido
como ella con todos encuadres.
Los
dos atraídos por fuertes miradas
llegaron
muy juntos se dieron las manos
sintieron
que magias tranquilas y aladas
los
protegerían, casi eran hermanos.
No,
no eran hermanos, eran más que eso
cómplices
serían estaban seguros
a
la cueva ahora se fueron aviesos
a
planear su vida derribando muros.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra…
Tenían
ahora mucho qué charlar
estaban
seguros de bien apoyarse
planearon
seis meses de vivir en lar
en
casa de ella para bien amarse.
Después
de seis meses se irían a vivienda
del
joven Arturo, a vivir en la calma
Evita
y Arturo su vida sin rienda
con
miles de estrellas, decoraban su alma.
¿De
qué viviría la horrible pareja?
él
sería sastre, ella cosería
trabajaban
juntos sin ninguna queja
y
así la pasaban en gran compañía.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra.
Vendían
sus costuras a muy buen dinero
caminando
calles y ofreciendo trajes
de
sastres Arturo era el primero
Eva
diseñaba ropas para los viajes.
De
viaje y de fiesta y la ropa de diario
no
se dedicaban a nada especial
era
el elogio todo el comentario
a
todos gustaba su costura tal.
Pero
una mañana que era fatídica
un
perro furioso los lanzó al mal viento
fatal
les robaba esa vida idílica
desgarrando
velos los sacó del cuento.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra.
No
sólo traje desgarrole a Arturo
también
ese perro lo mordió en el cuello
en
los brazos de Eva cayó sin futuro
y
sólo le dijo: Volveré en destello.
Eva
huyó corriendo para que esa gente
no
la apresara ni la apedreara
metida
en cueva no estuvo sonriente
su
mente sufría ella lagrimeaba.
Ya
abrió los ojos, lágrima enjugada
miró
algún destello de brillos muy finos
era
Arturo mismo el que la llamaba
ella
bien oía ahora unos trinos.
Arturo
trinaba, tenía voz hermosa
le
dijo que fuera donde lo enterraran
que
se disfrazara, que sí era su esposa
que
viera por dónde el cadáver dejaran.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra.
Y
la fea Eva, la macabra franca
a
la gente espiando a Arturo miró
fueron
arrastrándolo hasta una barranca
ya
ahí la gentuza lo desbarrancó.
Lo
echaron al fondo, hasta el fondo mismo
ya
Evita valiente bajó ese muro
y
cientos de piedras cubrieron abismo
sobre
el cadáver, cadáver de Arturo.
Cantaron
los trinos: “Estás a la espera
el
túmulo solo abrirá su vientre”
Eva
macabra se quedó a la vera
para
cuando abra y ella se adentre.
Se
quedó muy sola la niña macabra
se
quedó esperando que la tumba se abra.
F
I N
Fuente: Hinna Finck, 2020.
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