Instrucciones para llorar.
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.
AUTOR: Julio Cortázar
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“instrucciones para llorar” de julio Cortázar, en historias de cronopios y de famas, 10 ed., minotauro, buenos aires, 1976, pág.14
nota: Tenemos sin duda la necesidad de llorar de alegría, tristeza, coraje, soledad y otras cosas que nos hacen purificar nuestra alma desde dentro, nos hace a la vez confirmar que no somos sólo carne y huesos, sino todo ese mar inmenso que llevamos dentro que se desborda de vida, de agua y de llanto, ese privilegio que Dios ha dado a la humanidad de irse a gotas aun en épocas en las que no hay que desperdiciar el agua, el líquido vital de la humanidad; las lágrimas no son otra cosa que mezcla de agrio limón: lagrimón.
autor: Carlos de la Cruz.
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