El poeta se erige como un
descifrador de signos…transforma la Palabra en la piedra filosofal.
Toda lectura es un acto de
provocación.
“Hay varias maneras de decir
una misma cosa en prosa, sólo hay una en poesía.”
Explorar las mentalidades de
antaño nos permite afrontar con mayor lucidez los peligros de hoy.
La historia es la gran
maestra de la vida, podemos concluir que los seres humanos somos pésimos
estudiantes.
La poesía habla a la
imaginación.
El poeta conoce la esencia
de las cosas.
Los ratones de la cultura
chillan espantados por la falta de queso y pretenden continuar defendiendo sus
privilegios, sus becas, sus premios.
La violencia se erige en un
mal discurso, en falsas declaraciones, en manipuleos, en confrontaciones con
los otros poderes.
El poeta debe levantar su
voz si en algo aprecia la vida.
Leer no es un lujo, sino un
derecho social, la condición más indispensable para acceder al conocimiento.
Leer y escribir son dos
procesos de sencillez, pero que encierran profunda complejidad.
La formación de lectores es
un proceso lento. Esto lleva implícito el interés, la creatividad, el ingenio;
pero además iniciativa, constancia y compromiso.
La poesía, el ensayo y las
matemáticas requieren más tiempo para ser asimilados.
El ocio nos lleva a la
lectura. Y está a la escritura.
El poeta no es un simple
emisor, también es un hacedor, un narrador de historias donde se encuentran
todas las voces de la humanidad.
La poesía, ciertamente, es
un arma. Y con ella en el corazón luchan los pueblos.
El poeta debe postular su
verdad, debe ejercitar su libertad aun cuando se aparte de la mayoría y quede
fuera del juego.
En Chiapas aún no se ha
podido levantar la enseñanza-aprendizaje de la literatura y por eso persisten
ideas equivocadas sobre ésta y sobre la poesía (se llega a exagerar indicando
que si se levanta una piedra, aparece un poeta, lo cual evidentemente es
falso).
Hay un poeta para cada
época.
La poesía es el centro de la
literatura.
Los verdaderos poemas son
incendios.
En México cualquiera se
abroga el derecho de hablar mal de quienes obtienen premios y galardones. Los
triunfos ajenos se vuelven un estigma…cuando los malquerientes, resentidos y
difamadores debían ponerse a revisar sus propios textos.
El verso…es un código rítmico,
una manera de respirar.
La poesía constituye una
forma de conocer la Palabra, ciertamente altera la realidad, y además llena
vacíos emotivos, existenciales. Por eso no cualquiera puede llevar el nombre de
Poeta.
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