Augusto Cantoral
Pianista, compositor,
productor audiovisual, poeta y fotógrafo aficionado; nacido en la ciudad de
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, el 25 de agosto de 1989. Egresado de la
Facultad de Música de la UNICACH en 2015.
Su sensibilidad hacia la
música y su amor por las artes le ha motivado a incursionar en la poesía. Ha
sido un participante recurrente en la serie de conciertos “El Arte del Piano
Poético”, organizados por el Dr. Douglas Bringas en conjunto con la Casa de la
Cultura “Luis Alaminos Guerrero” de Tuxtla Gutiérrez, en donde ha recitado
algunos de sus poemas. En junio del 2019 fue invitado para realizar, junto con
el Mtro. Hermann Bellinghausen, un recital poético en la ciudad de San Cristóbal
de las Casas, dentro del marco del “3er Coloquio Historia y Sociedad en la
Literatura en Chiapas”.
Actualmente, combina la
pasión por la composición y los versos compartiendo su arte a través del blog
de instagram @augusto.pianista.
UN SUSPIRO
por Augusto Cantoral
Dicen que "nadie sabe
lo que tiene hasta que lo ve perdido".
Yo nunca te tuve; sin
embargo, ahora siento que en mi vida falta algo.
Y es que, a como llegaste,
así también te fuiste:
fugaz, cual estrella que
pinta su trazo sobre el lienzo nocturno y que,
al desvanecerse, nos
recuerda lo efímero que puede ser una ilusión
y lo frágil que es el
encantamiento.
Iluso yo. Nadie tiene la
culpa, más que yo. Que "me dejé llevar", dicen algunos.
Yo nunca te tuve... pero
es que, cuando me vine a dar cuenta, ¡yo ya te quería!
En el pasado solo bastó
una mirada; pero, ¿quién iba a decir que aquella visión
era una ventana hacia el
presente? Mi presente amargo. Infecundo. Triste.
Si el amor espontáneo,
genuino y desinteresado es pecado,
entonces me declaro
culpable.
¡Que Dios mismo dé mi
sentencia y la firme con su dedo,
y que los ángeles del
cielo sean testigos que hoy el corazón de un hombre
cumplirá cadena perpetua,
por cuyo único delito fue anhelarte!
Y desde lo profundo de mi
tormento brota el amargo lamento
por la historia de amor
que, al final, fue tan solo un suspiro.
Fuente: Augusto Cantoral, 2020.
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