Leer este libro antológico es adentrarse el corazón de Chiapas, por medio de los versos de Enoch Cancino Casahonda. Posar los ojos en cada poesía de este autor chiapaneco es recobrar fuerzas y sensibilidad de lo cotidiano, pero también de valoración universal de la creación de la palabra que persuade.
Versos que me gustaron del libro:
Necesito olvidar porque en sus manos se fue mi corazón... (Voz al viento).
Tal vez no importe ser sombras o huesos,
tema a menudo de un amable cuento,
o entre los bosques de un perdido otoño
una hoja, vagabunda, en pos del viento. (El entierro)
Hallé esposa,
tengo un hijo.
No quiero nunca para ellos
la soledad. (La soledad)
La vida es un boleto para entrar en la muerte...
La muerte se hizo para pensar en la vida...( De la muerte)
Para escribir un poema de hijo a padre,
se necesita la humildad de una sombra,
la intuición de un ciego,
la sabiduría de un campesino ya muy viejo... ( A mi padre)
Murió como debía,
sin que nadie se diera cuenta,
un día que nadie recuerda... (Don Ruma)
Son esto versos los que más llegaron a mi alma en un sentido de experiencia, como develando el misterio. Así es que los comparto y espero que puedan también leer el libro.
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